"Al final en este ambiente se reproducen los roles que llevamos durante todo el año", explica Iraxte Álvarez, portavoz de la Plataforma de Mujeres contra la violencia sexista. Como desgrana la experta, las agresiones de este tipo no son exclusivas de los espacios de fiesta. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, en España se denunció una violación cada siete horas.
"Es verdad que en unas fiestas como Sanfermines, con un millón de personas en la ciudad, es fácil que se produzcan más. En general, la violencia machista ha estado siempre más justificada en ambientes festivos. Se ha creado un clima del 'todo vale' con el mensaje de que el alcohol y las drogas disculpan ciertos comportamientos", argumenta Álvarez.
AGRESIONES INVISIBLES:
"Las que suelen saltar a los medios son las de más alta intensidad, pero hay otro tipo de agresiones que toda mujer que haya estado en Sanfermines ha vivido", sostiene Iratxe. Se refiere a la violencia más invisible y naturalizada, "la de los tocamientos, el acoso callejero, los insultos o agarrarte y zarandearte para bailar aunque tú no quieras", enumera.
Con el objetivo de visibilizar y acompañar a las mujeres que sufren todo tipo de agresiones, la plataforma creó junto al Ayuntamiento una caseta informativa que ha registrado este año 28 incidencias. El año pasado fueron 5.000, aunque en este caso contabilizaban también las consultas y peticiones de información. Como novedad, el servicio incluye este 2016 a personal especializado del consistorio que acompaña a las mujeres en caso de querer interponer denuncia.
"Hace unos años la violencia de baja intensidad no se consideraba ni siquiera una agresión, por eso la caseta deja constancia de que existen", puntualiza la activista. Pero la lucha contra las violencias machistas en San Fermín va más allá de la denuncia. Así lo corroboran las campañas de sensibilización y talleres de autodefensa feminista que ponen en marcha distintos colectivos.
La autodefensa feminista, dice, "nos da herramientas", pero "la violencia machista es algo estructural que tiene que ver con la sociedad patriarcal y hace creer a los hombres que tienen derecho sobre nosotras. ¿Por qué no puedo quedarme a dormir en un banco como ellos lo hacen?", se pregunta. Por eso insiste en que la responsabilidad de no ser agredida no puede recaer sobre la mujer, frente a la imagen que han transmitido algunos medios en los últimos días.
Más reacción social
No obstante, la Plataforma de Mujeres contra la violencia sexista reconoce que la respuesta de la sociedad ante las agresiones "es cada vez más intensa". "Se pudo ver en la concentración de rechazo que acogieron las calles de Pamplona tras la denuncia de la joven de 19 años. Entonces, muchos medios locales titularon "La repulsa a la agresión sexista congrega más gente que el txupinazo".
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